La cara oculta del Cristianismo [Los evangelios Gnósticos]
Hacia el año 30 de nuestra era
muere uno de los hombres más influyentes a lo largo de la historia de la
humanidad, Jesús de Nazaret. A su muerte sus contemporáneos judíos se dividen
en dos ramas, los que le consideran un blasfemo y sus seguidores. Pasan los
años y sus seguidores aumentan pero hay un pequeño problema, Jesús no dejó nada
escrito y sus seguidores interpretan sus palabras y actos como pueden.
Había tres corrientes
principales:
-La primera la formaban en su
mayoría judíos que consideraban a a Jesús como un Mesías, un enviado de Dios a
la Tierra que vino para instalar su reino aquí. Pero también creían que Cristo
era un hombre y no un Dios.
-La segunda eran los seguidores
de Pablo de Tarso. Eran fundamentalmente paganos convertidos al Cristianismo
que creían que Jesús era el Mesías y era hijo de Dios. Pablo de Tarso se
autodenominaba apóstol pese a que nunca fue discípulo de Jesús y persiguió a
los primeros cristianos. Decía que Cristo se le había aparecido para
convertirle. Esta era la rama mejor organizada y se extendía por todo el
imperio romano.
-La tercera eran los
descendientes de Set y de ellos es de lo que trata este hilo.
LOS ELEGIDOS
Esta corriente tenía un número de
seguidores bastante más pequeño que las otras dos, estaba compuesta por Judíos y
antiguos paganos que sostenían que eran descendientes de Set, el tercer hijo de
Adán, y que disfrutaban de un conocimiento secreto por el cual conseguirían la
salvación total y absoluta.
La base de esta corriente
cristiana estaba en la idea del Alma, espíritu o como se quiera llamar. Los
diferentes tipos de hombres en el mundo se dividían en tres ramas:
-Paganos: Solo están compuestos
de cuerpo y de hálito vital. Solo sirven para vivir y poco más, para ellos eran
como simples animales.
-Cristianos: Están compuestos de
Alma y cuerpo. Esta alma está un peldaño por encima del hálito vital, les
permite entender parcialmente el mensaje divino pero solo muy superficialmente.
-Hijos de Set: Ademas de tener
cuerpo y alma tienen también un espíritu que proviene directamente de la
divinidad, sin embargo no son plenamente conscientes de que su cuerpo contiene
ese don ya que por culpa de su cuerpo, que es la materia que los aprisiona
entre deseos y sufrimientos, están separados de Dios.
A lo largo de la historia Dios
envió a una serie de hombres a revelar estas verdades, todo empezó con Adán,
siguió con Set, después con Moisés y así hasta llegar a Jesús de Nazaret. Este
último reveló que esa porción de espíritu debe volver a unirse con Dios y que
en eso consiste la verdadera salvación.
Los seguidores de esta corriente
también eran conocidos como los Gnósticos que significa en griego conocedores.
Eran una minoría y eran los únicos capaces de entender a fondo los mensajes
ocultos que contenían los textos sagrados mientras que los demás solo lo hacían
superficialmente.
LOS EVANGELIOS GNÓSTICOS
Todas estas ideas que tenía esta
corriente también fueron escritas por los maestros Gnósticos y son más
conocidas hoy en día como evangelios. Dentro de ellos estaban las enseñanzas
que Cristo reveló a sus más íntimos como Santiago que era hermano de Jesús,
Juan, Felipe, Tomas o su favorita y esposa María Magdalena y que luego
escribieron en esos textos. También había evangelios que no tenían la palabra
evangelio delante pero que lo eran ya que en ellos también se encontraba la
palabra de Jesús. En definitiva había un poco de todo y tenían una variedad que
superaba con creces a los 4 evangelios de la futura Iglesia Católica. Algunos
ejemplos son: Evangelio de María Magdalena, Evangelio de Judas, Pistis Sofía,
Apocalipsis de Santiago...
Todos ellos se encontraban dentro
de la literatura Apócrifa del Nuevo Testamento o para que se entienda mejor, la
literatura que la Iglesia rechazó por conveniencia y porque sus grupos eran
demasiado incontrolables y no se sujetaban al poder de los Católicos.
Finalmente y debido a lo perseguidos que estaban, acaban desapareciendo en
torno al siglo V y durante más de mil años solo se sabrá de ellos lo pregonado
por sus detractores.